A mediados del siglo XIX, los científicos comenzaron a estudiar las descargas eléctricas a través de tubos a los que se les había extraído por bombeo casi todo el aire. Un alto voltaje produce radiación dentro del tubo. Esta radiación recibió el nombre de rayos catódicos porque se originaba en el electrodo negativo, o cátodo. Aunque los rayos en sí son invisibles, su movimiento puede detectarse porque hacen que ciertos materiales, incluido el vidrio, despidan rayos de luz fluorescente.
En la ausencia de campos magnéticos o eléctricos, los rayos catódicos viajan en línea recta. Sin embargo, los campos magnéticos y eléctricos "doblan" los rayos, es decir, los desvían tal como se esperaría que lo hicieran partículas con carga negativa. Más aún, una placa metálica expuesta a rayos catódicos adquiere una carga negativa. Estas observaciones de las propiedades de los rayos catódicos sugirieron a los científicos que la radiación consiste en una corriente de partículas con carga negativa, que ahora llamamos electrones. Además, se descubrió que los rayos catódicos emitidos por cátodos de diferentes materiales eran iguales. Todas estas observaciones dieron pie a la conclusión de que los electrones son un componente fundamental de la materia.
En 1897 el físico británico J.J.Thomson (1856 – 1940) calculó la relación entre la carga eléctrica y la masa de un electrón empleando un tubo de rayos catódicos Midiendo de forma cuidadosa y cuantitativa los efectos de los campos magnéticos y eléctricos sobre el movimiento de los rayos catódicos, Thomson determinó que la relación es de 1,76·108 culombios por gramo (el culombio, C, es la unidad SI de carga eléctrica).
Al conocerse la relación carga-masa del electrón, un científico que pudiera medir ya sea la carga o la masa del electrón podría calcular fácilmente la otra magnitud. En 1909 Robert Millikan (1868 – 1953) logró determinar experimentalmente que la carga del electrón era de 1,60·10-19 C y, a partir de ese valor y de la relación carga-masa de Thomson, que su masa era de 9,10·10-31 Kg.
(1,5 puntos) Resume el texto con tus palabras
(1 punto) Explica detalladamente cómo se forma en enlace del KI. El potasio pierde un electrón convirtiéndose en K+. El yodo gana un electrón convirtiéndose en I-. Entran en juego las fuerzas electromagnéticas entre ámbos formándose el enlace iónico KI. Los enlaces se extienden en las tres dimensiones del espacio formando el cristal.
(2 puntos) Se han recogido las siguientes propiedades de ciertas sustancias. Indica razonadamente qué tipo de enlace posee cada una de ellas.
La sustancia A es un enlace covalente puesto que no conduce nunca, y dada su temperatura de fusión, es una sustancia molecular. La sustancia B es una sustancia iónica ya que sólo conduce fundida o disuelta. La sustancia C es un metal, conduce siempre y además es insoluble en agua. Y finalmente, la sustancia D es un enlace covalente puesto que no conduce nunca, y dada su temperatura de fusión, es un cristal covalente.
(1 punto) ¿Qué diferencias hay entre un cristal iónico, metálico y covalente? El cristal iónico está formado por cationes y aniones. El cristal covalente está formado por átomos no metálicos. El cristal metálico está formado por cationes metálicos rodeados de una nube de electrones.
(1 puntos) El argón se encuentra en la naturaleza en tres isótopos diferentes de masas 35.968 u, 37.963 u y 39.963 u; siendo la abundancia relativa de estos: 0.337%, 0.063% y 99.600% respectivamente. ¿Cuál es la masa atómica del argón? Nos da las masas de 3 isótopos y sus abundancias relativas, luego la masa del Argón se calculará de la siguiente manera:
m = (35.968 * 0.337 / 100) + (37.963 * 0.063 / 100) + (39.963 * 99.600 / 100)
(3 puntos) Realiza paso a paso los diagramas de Lewis de las siguientes sustanciasNH3 ; CO ; SCl2 ; H3PO4 ; HNO3 ; H2CO3 Todas están echas en clase
Los resultados son los siguientes:
Nota media: 5.8 Desviación: 1.7
[0,3.5] --> 2 personas (3.5,5) --> 6 personas [5,6.5) --> 7 personas [6.5,7.5) --> 5 personas [7.5,8.5) --> 4 personas [8.5,10] --> 1 persona
Con esta prueba, se han valorado las siguientes competencias básicas y subcompetencias:
C. Comunicación lingüística
- Se expresa con claridad y corrección ortográfica, usando apropiadamente la terminología científica.
- Comprende cuestiones que se le formulan y es capaz de contestarlas con propiedad y concisión.
- Extrae las ideas principales de un texto científico y resume las propias ideas eficazmente.
C. Matemática
- Maneja las fórmulas y despeja correctamente las variables en la realización de cálculos.
- Expresa correctamente las unidades en los cálculos realizados y en los resultados obtenidos.
C. conocimiento e interacción con el mundo físico
- Asimila los conceptos científicos trabajados y los explica con claridad y corrección.
- Aplica correctamente los conceptos en la resolución de problemas.
- Justifica cada uno de los pasos seguidos en la resolución de actividades de carácter práctico.
- Interpreta correctamente el significado de las magnitudes y los resultados obtenidos.
- Justifica situaciones de la vida cotidiana o del entorno desde un punto de vista científico.
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